Tengo la cabeza
que me da vueltas como una veleta,
el ruido del viento no me deja parar.
Busco en el silencio
la paz que ahuyente este tormento
que a penas consigo ni tan siquiera calmar.
Con mi guitarra
intento contrarrestar esa cigarra
que no calla jamás.
Navego por mares y ríos
surcándolos en el velero de mis delirios,
las olas me asustan pero me ayudan a avanzar.
Cruzo valles y montes
siguiendo una luz que veo en el horizonte,
por más que camino nunca la puedo alcanzar.
Me paro de repente
e intento tranquilizar esta mente
que no calla jamás.
Tengo en la cabeza
cientos de personajes que no cesan
de decirme cosas que no logro descifrar.
Escucho las respuestas,
a veces las mismas voces me contestan:
sigue tu instinto, no te dejes amilanar.
Tomo mi guitarra
e intento interpretar esas voces
que no callan jamás.
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Atardecer
"Estoy abierto
a todas la respuestas,
las escucho todas..."
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