Como un marino soy,
en mi más profundo pensar,
navego con la esperanza
de a buen puerto llegar.
Voy siguiendo una estrella
que descubro en mi pensamiento
es tan bella y
preciosa.
no hay otra igual en el firmamento.
A veces, también navego
un tanto confuso
y pongo mi alma atenta
que atenta contra el uso
de la dudas que me acechan
aunque no seguirlas procuro:
son las olas que traicionan
mi buen hacer, a menudo.
Consiguen a veces asustarme
y pensar que puede ser
que no llegue a puerto alguno;
pero de nuevo retomo mi rumbo
y me crezco ante el infortunio,
sé con buena certeza
que avanzaré a buen seguro
dejando atrás mi estela
viviendo aquí, mirando el futuro.
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